Contra la banderola española del alcalde
DOSSIER BANDERA ESPAÑOLA
A veces, escuchas que alguien espeta con contundencia: "Pero qué más me dará una bandera más o menos, con la de cosas por las que tenemos que luchar". Es una opinión respetable, viendo la cantidad de injusticias a nuestro alrededor. No obstante, la lucha contra los símbolos impuestos (y todo lo que conllevan) es una reivindicación legítima y razonable, que desde aquí defendemos. Os animamos a leer el dossier que se han currado los colectivos y personas que convocan la manifestación.
Primero hagamos una breve introducción histórica:
El Justicia de Aragón surgió a finales del siglo XII, como mediador entre el Rey de una parte, y la nobleza y la ciudadanía de derecho aragonesa de otra, y así como intérprete del Derecho aragonés. Recordaba a quien gobernaba que las leyes las debían de cumplir todos, incluido quien las promulgaba. Además, seguido del Rey era la institución más importante en el Reino de Aragón.
En 1591, el Justicia de Aragón Juan de Lanuza V, en aplicación de los Fueros de Aragón, y tras un largo proceso judicial, falló de forma contraria a los intereses del Rey Felipe II de Castilla y I de Aragón. El proceso y las reacciones del Rey provocaron la indignación de muchos aragoneses que llevaron a una sublevación ciudadana. Colérico, invadió y ocupó militarmente el Reino de Aragón. Efectivamente, Juan de Lanuza fue ejecutado y decapitado por oponerse a que los ejércitos extranjeros de Felipe II de Castilla, entraran en nuestro país, ya que esto era “contra fuero”. Su cabeza cortada, fue expuesta al público durante más de cuatro años, y los cuerpos decapitados de los principales líderes sublevados, colgados sin cabeza en las murallas de la ciudad, por espacio de más de 20 años, hasta que con motivo de la boda de Felipe III, se decidió retirarlos. Por otra parte los fueros de Aragón, habían sido jurados por dicho Rey y con ello se había obligado a respetarlos. La razón siempre estuvo, por tanto, del lado aragonés.
Poco más de un siglo después, con la promulgación de los Reales Decretos de Nueva Planta de 27 y 29 de Junio de 1707, el rey español, Felipe V de Castilla (IV de Aragón), derogó los Fueros de los Reinos de Aragón y de Valencia, y según afirmaba textualmente en dicho decreto “en ejercicio de sus derechos de conquista”. El sometimiento del Reino de Aragón, y la pérdida de su soberanía política y económica, se produjo por tanto mediante una invasión militar, una fuerte represión y crímenes contra el pueblo aragonés, y a posteriori una ocupación militar que todavía continúa.
En pleno siglo XIX, exactamente en 1887, un grupo de aragoneses, deseosos de recuperar el autogobierno perdido, propusieron crear una estatua al Justicia de Aragón. Se le encarga la obra al arquitecto Félix Navarro y la desarrolla Francisco Vidal. El 22 de Octubre de 1904 se inaugura el monumento, del que el arquitecto dice que es “símbolo de la identidad nacional, compartida por diferentes sensibilidades”.
La figura del Justicia reapareció en 1982 (en el primer “momento democrático” que lo hizo posible) recogida en el Estatuto de Autonomía, siendo su primer titular Emilio Gastón. Sus funciones son defender al ciudadano de las actuaciones irregulares de la administración, defender el Estatuto de Autonomía y tutelar el ordenamiento Jurídico Aragonés (lo poco que queda en materia civil). Ante cualquier irregularidad sólo puede hacer sugerencias o recomendaciones; antes de que se suprimiera si podía juzgar y dictar sentencias desde la separación de poderes, lo que le confería gran importancia. El Justicia de Aragón es nombrado actualmente por las Cortes de Aragón, donde predomina un bipartidismo complaciente con el poder central y Español. Su independencia no es real.
Con todo lo aquí expuesto se aprecia claramente una cronología de la pérdida de la soberanía nacional aragonesa, que es lo que representan los Fueros y el Justiciazgo, debida a sucesivas agresiones por parte de España o sus distintos gérmenes. Y también, por qué no decirlo, de la asimilación de la ciudadanía a la verdad que nos han impuesto desde la España imperialista, mediante la suplantación de nuestra identidad por la suya (castellanización lingüística y cultural).
Consideramos, en razón de lo anterior, el izado del banderón español una falta de respeto a este pueblo por diferentes razones:
1.- En primer lugar, por lo que supone colocar una bandera de los asesinos del Justicia de Aragón enfrente de él. ¿Os imagináis colocar una bandera de España enfrente del árbol de Gernika o en la estatua de Ferrer y Guardia?, ¿O enfrente de las múltiples fosas comunes que jalonan Aragón?, ¿O una gran bandera francesa abofeteando a Agustina de Aragón? Seguro que no. Pues nosotros tampoco queremos que suceda esto en Zaragoza. El monumento al Justiciazgo ya tiene suficiente con tener en un lado, el edificio de la Capitanía General, el ejército, siempre garante de la unidad indivisible de su querida España.
2.- Porque, la ciudadanía aragonesa no ha sido consultada sobre la colocación de esta. Plantar la bandera en la plaza de Aragón es una decisión caciquil y coactiva de nuestro Alcalde, a pesar de las quejas que han surgido. En la misma clave de carencias democráticas, hay que decir bien claro que la bandera que se ha colgado, ninguno de nosotros como ciudadanos, la hemos elegido; es un símbolo impuesto en el tristemente célebre golpe de estado fascista de 1936, que como todos sabemos, acabó con éxito. No consideramos un argumento válido, que esta bandera fuera aprobada con la Constitución Española de 1978, ya que ésta fue un todo en el que se aprobaba o había riesgo de otro enfrentamiento civil. Ante la amenaza, la gran mayoría de los ciudadanos del Estado español optó por votarla. Nadie se imagina colocar en Alemania o Italia una bandera de sus dictaduras correspondientes. Pero aquí vale todo.
3.- Ante un monumento civil a la defensa de la legalidad y las libertades, un PSOE que hace gala de un caduco neo-jacobinismo centralizador, nos ha traído una bandera militarista, de mano de militares, para homenajear las “virtudes” militares. La plaza de Aragón ha dejado de homenajear a quien prefirió, a costa de su vida, disolver un ejército, aragonés, antes que ocasionar una masacre, para ser el epicentro de los herederos de los amotinados, del 18 de Julio de 1936.
Consideramos una falta total de respeto a el "regalo" realizado por el Ministerio de Defensa español, más si cabe teniendo en cuenta el tradicional trato prepotente hacia este Pueblo actuando en la mayoría de los casos como Ejército de Ocupación obligando a una serie de servidumbres y sumisiones. El “regalo” que queremos no es el de una bandera o el de un pedestal, queremos la reversión de todos los espacios que tiene en su poder el Ejército. Queremos acceso de todos/as los/as Zaragozanos/as a las piscinas militares del Soto de la Almozara, queremos que nos devuelvan el control civil del aeropuerto de Zaragoza, queremos que dejen de tirar bombas en el polígono de Bardenas y queremos que nos reviertan el polígono de tiro de San Gregorio que ocupa más de un tercio del término municipal de Zaragoza. Todos estos "regalos" no interesa realizarlos porque son un beneficio para esta tierra, por contra nos realizan el "regalo" que recuerda al más rancio nacionalismo español, e intenta españolizar más si cabe un espacio de libertades y aragonesismo.
4.- Porque utilizar la resistencia popular en los Sitios para justificar el banderón de la Plaza de Aragón, es una mentira histórica. En efecto, en 1808, los ciudadanos y ciudadanas aragonesas, se opusieron a la invasión napoleónica. Ante ella, su primer instinto fue tomar las instituciones, empezando por las Cortes e incluyendo al Justicia, a diferencia del resto de pueblos de la monarquía de Fernando VII. Como Gobierno soberano, Aragón organizó su defensa y mantuvo relaciones con el resto de los territorios borbónicos de la Península, pero también con el Reino Unido. Zaragoza y sus gentes fueron quienes llevaron el peso de la lucha contra el ejército francés, un pueblo lleno de heroínas y héroes populares aragoneses. El grito fue Viva Aragón, y la bandera que ondeó en los Sitios fue la aragonesa y no la española que ahora pende frente al Justicia, desconocida en Aragón, -entre otras cosas, por ser de la Marina de la época- hasta que ésta se hizo oficial 35 años después, en 1843. La bandera para homenajear a la resistencia del pueblo aragonés en los Sitios es pues la aragonesa, no la española, mucho más apta para loar a los héroes populares de los Sitios de Zaragoza.
5.- Razón no menos importante es que nos oponemos a que el colonialismo interior siga avanzando en nuestro País; ésta es una de las innumerables maneras que tiene el Estado español de hacerlo, además de otros ejemplos como trasvases, pantanos, Gran Scala, negación de la realidad trilingüe de este pueblo, sangrar económicamente al país (recorte de presupuestos, impago de deuda,...) etc. En este empeño el Estado Español, cuenta con buenos resortes (Ejército, medios de comunicación, grandes recursos económicos, apoyo de poderes fácticos...) ; para esquilmar los recursos y destrozar la identidad, una nutrida clase de caciques asentados en Aragón colaboran de buen gusto con trasvasistas, especuladores o las FSE. Recordémoslo de boca de un presidente de la DGA: “Aragón es el freno y equilibrio al “nacionalismo de otros territorios” o: “Aquí nos tienes, úsanos” (Lanzuela a Aznar ante el trasvase del Ebro).
6.- No sólo visten la alcaldía y el ejército a Zaragoza con su caspa, sino que con ello pretenden lanzar una cortina de humo que oculte su lamentable y antisocial gestión económica, que penaliza a los habitantes de la ciudad (como con la nula inversión en barrios), sino que condiciona en clave centralista al resto de Aragón (“Agua de calidad del Pirineo”, etc...).
Por más que le pese al alcalde, Sr. Belloch, Zaragoza es la capital de Aragón, y no de un ente abstracto como Ebrópolis la capital del Ebro (que limita con todas partes con la línea marcada por el Valle del Ebro, hasta que llega a Cataluña, que como es sabido, no es Valle del Ebro). Por más que la ley de Grandes Ciudades cesarice al alcalde, ni negando la existencia a la Comarca de Zaragoza, ni quitando la cuatribarrada de los taxis o de la EXPO, ni colocando banderones frente al justiciazgo, Zaragoza dejará de ser Aragón.
MOVILIZATE CONTRA LA BANDERA
¡ESPAÑOLA AU D´ASTÍ!
FUERA LA BANDERA ESPAÑOLA DE LA PLAZA DE ARAGÓN
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