¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia!

La frase del título la gritó Millán Astray, general fundador de la Legión Española. Dando un golpe a la mesa, expulsaba a Miguel de Unamuno de la Universidad y del Ayuntamiento de Salamanca. El 12 de octubre de 1936.

En la foto, a punto de ser linchado, Unamuno entre fascistas, a los que dijo:

"venceréis, porque tenéis sobrada fuerza bruta; pero no convenceréis".

Unos meses después Unamuno moría. Antes, dijo al escritor Nikos Kazantzakis:

"En este momento crítico del dolor de España, sé que tengo que seguir a los soldados. Son los únicos que nos devolverán el orden. Saben lo que significa la disciplina y saben como imponerla. No, no me he convertido en un derechista. No haga usted caso de lo que dice la gente. No he traicionado la causa de la libertad. Pero es que, por ahora, es totalmente esencial que el orden sea restaurado. Pero cualquier día me levantaré -pronto- y me lanzaré a la lucha por la libertad, yo solo. No, no soy fascista ni bolchevique; soy un solitario".

70 años después, más de un jerifalte del PP (que sigue apoyando estos hechos) gritaría aquello de:

"¡Viva la muerte! ¡Muera la inteligencia!"