El lado oscuro del corazón
los senos como magnolias o como pasas de higo,
un cutis de durazno o de papel de lija.
Le doy una importancia igual a cero,
al hecho de que amanezcan con un aliento
afrodisíaco o con un aliento insecticida.
Soy perfectamente capaz de soportarles
una nariz que sacaría el primer premio en
una exposición de zanahorias;
¡pero eso sí!
- y esto soy irreductible-
no les perdono,
bajo ningún pretexto
que no sepan volar.
O.Girondo
(esta foto y la siguiente son mías, de la ciudad blanca de Perú, la República Independiente de Arequipa).
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