Micrónica subjetiva de los Pilares'08

La Virgen del Pilar absorvió casi todo el agua de las fiestas.

El Rosario de Cristal volvió a colapsar las calles del Casco Histórico y a demostrar que, de fanatismos, está el mundo lleno. Y no hace falta mirar muy lejos.

Los concejales del Ayuntamiento volvieron a acudir de forma oficial a numerosos actos religiosos, dejando a las clares su talante menos laico como malos gobernantes.

Belloch aprovechó cualquier ocasión para ofrecer a Zaragoza una nueva Expo, en este caso para destruir antes del 2014 el Soto de Cantalobos y las últimas huertas de Las Fuentes.

Los gigantes y cabezudos volvieron a pasear sin niños durante las mañanas sin vacaciones escolares. Lo que no impidió carreras por el Paseo Independencia.

Las jotas y las músicas populares aragonesas sacaron los bailes a las plazas del centro.

Las niñas se lo pasaron pipa entre insectos en el Parque Delicias.

Se noto, y mucho, la escasez de actividades teatrales, de danza, musicales,…. del programa oficial de fiestas. Se lo han gastado todo en la Expo.

Los peñistas se fueron en avalancha hasta el aparcamiento de la Expo.

Valdespartera volvió a ser un ejemplo de ciudad no compacta, obligando a miles de personas a viajar kilómetros para echarse unos bailes.

Los colectivos sociales y locales alternativos de Zaragoza organizaron un montón de fiestas, conciertos, actividades políticas y culturales,… con participación destacable.

La apabullante intervención de los UAPO, cuales romanos contra los galos, no consiguió aguar la fiesta a los cientos de personas que participaron en el “Festival Haz lo que debas” celebrado con gran éxito en una nave inutilizada de la Avenida Catalunya.

La manifestación antitaurina reunió a miles de personas contra la tortura animal.

Carmen París despidió las fiestas con un concierto flojo de sonido y radiante de ganas y de reivindicación (incluyendo críticas a la Expo, sin nombrarla).

Los fuegos artificiales fueron más pobres que de costumbre.

Dicen que hay crisis, gripe y no sé cuántas cosas malas más.

La vida continua.