Crónica disparatada de un paseo en el bus turístico

Crónica disparatada de un paseo en el bus turístico.
Capítulo 1. Zaragoza en transformación.

Hoy el tiempo acompaña. El cielo está nublado, la temperatura es agradable y el cierzo sopla refrescante. Buen día para un viaje en el piso superior del autobús que el Ayuntamiento de Zaragoza ha fletado para conocer los cambios urbanísticos en la ciudad.

El objetivo del bus es claro: ilusionar con una ciudad que ilusiona. Ilusiones en forma de transformaciones urbanísticas y arquitectónicas que tratan de conducir a la ciudad hacia una estética vanguardista y moderna.

La ruta comienza en la parada de la calle don Jaime, junto a la Plaza del Pilar. Una azafata uniformada con la camiseta azul de la Expo nos da la bienvenida y nos avisa que el tiempo previsto (una hora y media) puede alargarse por los atascos de coches consecuencia de las obras y los reventones de tuberías.

Los primeros traqueteos producidos por el suelo adoquinado nos conducen hasta la Plaza de España. Una voz masculina enlatada va destacando algunos edificios, con una parquedad pasmosa. No entra en detalles y se queda en lo más sencillo: el estilo de las construcciones, su edad y su arquitecto. Muy simple.

Pasa de largo algunos edificios emblemáticos y grandes historias que contar y se detiene en el caos circulatorio de la Plaza, donde se destaca fervorosamente Puerta Cinegia, un centro comercial con una estética muy polémica y chocante que lo ofrecen como ?un espacio vanguardista sin romper con la línea clásica y señorial del entorno?.

Se evita pasar por el Paseo Independencia (del que nada se dice, ni de su reforma, ni de los tilos secos, ni de los restos árabes bajo el asfalto) y por la Plaza de Aragón, absolutamente colapsada.

Sorprendentemente, el autobús pasa de largo por el Mercado Central y las Murallas Romanas (de las que muy poco se comenta) y aprovecha el último semáforo de la Avenida Cesaraugusto para destacar el Hotel Ciudad de Zaragoza (?un edificio que presenta una concepción arquitectónica en la que priman el rigor compositivo, la pureza de líneas y la elegancia?).

Tras pasar el Ebro, la música de la grabación (muy buena en mi opinión, tipo ?Joaquín Pardinilla?) suena hasta que llegamos al Pabellón de la CREA, siguiente lugar destacado. ¿Por qué? Porque fue el pabellón de Aragón en la Expo Universal (ésta sí) de Sevilla. Actualmente, esto no lo dicen, el ascensor trasparente da una garrampa que lo flipas, las corrientes de aire en las oficinas son terribles y los días de cierzo no pueden ni abrir las puertas exteriores del remolino de viento que se crea.


Capítulo 2. Entramos en la Expo. Entramos al corazón de la bestia.

Enfilamos la Avenida de Ranillas. A la derecha, el Actur. A la izquierda,... ¡Vaya, aquí había un meandro natural! Alguna vez veníamos por aquí en bicicleta, disfrutando de la ribera izquierda del río Ebro. Esto ya nos lo han quitado.

Nos cuentan que Zaragoza albergará, durante el verano de 2008 una Exposición Internacional con el tema ?agua y desarrollo sostenible? en el meandro de Ranillas con pabellones nacionales e internacionales y un parque del agua. Entre los nuevos edificios destacan, nos dicen, la Torre del Agua, el Pabellón Puente o el Acuario Fluvial.

Pese a pasar deprisa junto a las obras, tenemos oportunidad de ver la destrucción absoluta de un espacio natural único: casetas de obras, grúas inmensas, escombreras junto al río.... Polvo, asfalto y hormigón. Aquí había una huerta,...

Paramos en el primer pabellón construido. El de información para visitantes. Allí se efectúa el único paseo a pie. En el exterior, las banderas (una cincuentena aproximadamente) nos muestran los países que han confirmado su participación. Pese a estar inaugurado hace unas semanas, los obreros siguen ultimando detalles (en lo alto y sin casco). Aquí me acuerdo de las obras del AVE, aceleradas y a todo gas, que dejaron 3 muertos (reconocidos), víctimas de las prisas empresariales.

Entramos al corazón de la bestia. La azafata nos dice que está prohibido filmar o hacer fotos. Le preguntamos por qué. ?Porque son las normas y hay un cartel en la entrada?. Muy amable ella, que conste. Una placa pasará a la historia con los nombres de Roque Gistau, Juan Alberto Belloch o Jerónimo Blasco (entre otros, lo pongo de memoria) como promotores de la Expo. El suelo de la sala es bonito, con algunas baldosas trasparentes que dejan ver piedrecitas y tierra. A la gente le gusta.

La azafata comienza a contarnos la película. Nos dice que el tema es el agua, que habrá un congreso previo a la Expo con lo mejorcico en el tema. Nos cuenta lo importante que es el agua en el mundo y que todo está fatal. Y para eso nace la Expo, para salvar al mundo (exagero, pero no mucho). A partir de ahí, se acaba la teoría y vamos al grano. A las obras. Nos ponen un vídeo muy currado. Con varias pantallas a la vez. En una, imágenes de Flubi, de vegetación, de distintas culturas del planeta,... en otra, recreaciones virtuales de las obras proyectadas. La tercera nos muestras a niños jugando, parques,...

Nada más empezar, se ve la típica toma aérea: el universo, la Tierra, España,... y Zaragoza. Un niño dice ?Mira mamá, Zaragoza es la más grande?. Efecto conseguido.
De todos modos, yo echo de menos a un Flubi de goma y pelo, y no esa imagen de vídeo, que mientras nos dice hola piensa ?A mí plim, yo soy especulín?.

Cuando acaba la recreación, la azafata nos anuncia que vamos cambiar de sala. Pero antes, ¡atentas!, porque pasaremos por dos pasillos. Uno nos llevará al polo norte, el otro a una selva tropical. ¡Qué emoción!

La cutrez patria se nos apodera. El primer pasillo es blanco, raso, y hace un poquito más de frío (no mucho) porque han puesto fuerte el aire acondicionado. El segundo es una sala con agua corriente en la pared izquierda y un efecto de tormenta a partir de luces blancas intermitentes. Cutre, cutre. Ni pingüinos, ni esquimales, ni iglús. Ni palmeras, ni monos, ni indígenas. Hormigón y luces.

Pasamos a otra sala, donde se supone que hay juegos interactivos. Los dos con sensores, crean efectos de reflejos y de movimiento del agua. Cutre a más no poder, pero entretiene y nos ponemos a hacer chorradas.

Atentos, porque nos ponen otro vídeo. Este es lo más. La azafata lo introduce diciendo que vamos a ver una muestra de lo que no hay que hacer con el agua. Salen unos niños jugando con una manguera, ¡qué despilfarro! Y después una sucesión de imágenes de niños pobres, de sequías, de inundaciones,... aderezadas con animada música africana. Terrible.

Aquí acaba la visita al pabellón para visitantes de la Expo. Zaragoza ilusiona.

Capítulo 3. Grancasa, World Trade Center, Valdespartera,...

esta tierra es la repera.

Volvemos al autobús. Seguimos en la Margen Izquierda. Alucino al escuchar que la megafonía destaca dos edificios singulares de esta inmensa zona de la ciudad: Grancasa, un centro comercial que se ofrece como paradigma del ocio y del entretenimiento, con un número enorme de locales y tiendas. Y el World Trade Center, justo al lado, un complejo empresarial de 60.000 metros cuadrados, en construcción, con 18 plantas y 80 metros de altura, el que será el edificio más alto de la ciudad y que estará dotado con tecnología punta, oficinas, centro de congresos, área comercial y hotel, según nos dicen.

Volvemos a la margen derecha, pasando por la Plaza de Europa. Antes, al pasar el puente, vemos de lejos las obras del Azud que comienzan a ahogar al Ebro. Pasamos por la Plaza de Europa, por la Alfajería (precioso edificio empañado por los numerosos coches oficiales aparcados a sus puertas) y por El Portillo. Aquí enfatizan el nuevo diseño de la plaza que une el Portillo con las Delicias y La Almozara. Además, anuncian las mejoras en esa zona: gran dotación de equipamientos, un gran parque y edificios de nueva planta con hoteles, viviendas y oficinas. Más especulación.

Llegamos a la Estación Zaragoza-Delicias. Se les llena la boca hablando de la nueva línea de Alta Velocidad (AVE) que comunica Zaragoza con Madrid y Lleida y que comunicará también Zaragoza con Barcelona y Francia. Se felicitan del diseño de la construcción, pero nada dicen de las incomodidades para los usuarios: el horrible frío invernal, las corrientes de aire, la imposibilidad de esperar en los andenes, las malas comunicaciones de taxis y transporte público, la reducción de líneas de cercanías, la prohibición de introducir bicicletas en los trenes regionales,...

Aunque el bus turístico no visita todas las zonas de la ciudad (sería demasiado extenso el paseo dado el brutal crecimiento territorial de Zaragoza), pero sí las mencionan: el Punte del Tercer Milenio, el barrio del AVE (donde prometen un barrio con nuevas tecnologías llamado Milla Digital), Pla-Za (un nuevo complejo empresarial), Puerto Venecia (una burrada comercial para dinamitar el pequeño y mediano comercio de Torrero- La Paz que se ofrece como un enorme parque de ocio con un gran lago artificial) o Arcosur y Valdespartera (dos zonas de enorme expansión urbanística siguiendo la prolongación de Gómez Laguna).

A nuestro paso por la Vïa de la Hispanidad, la voz enlatada destaca la genial transformación urbana de esta avenida, que ha pasado de ser una carretera nacional (la N-330) a una vía urbana con amplias zonas verdes, carril bici (incomunicado con el resto de barrios de la ciudad) y nuevos conceptos arquitectónicos (como el nuevo Conservatorio de Música). Del antiguo Seminario nada hablan de los cientos de árboles talados, del encarecimiento desmedido del presupuesto proyectado o de los fallos y retrasos en la obra. Tan solo dicen que acogerá a 800 trabajadores municipales (será un nuevo Centro Administrativo Municipal) y que tendrá 11.000 metros cuadrados de oficinas.

Capítulo 4: Último vistazo al Ebro y a esta Zaragoza de mierda que nos proponen.

El paseo turístico va llegando a su fin. Volvemos por el Tercer Cinturón, por donde nos recuerdan que a la izquierda hay un Parque, el Primo de Rivera, la mayor zona verde de la ciudad hasta hoy. Sorpresivamente, entre las maravillas naturales destacan el Jardín Botánico, el Paseo de los Bearneses, el Paseo San Sebastián,... y ¡el Rincón de Goya! Supongo que, cuando finalmente demuelan el anfiteatro tendrán que modificar la grabación,...

Al volver a pasar el Ebro, junto al Puente Manuel Jiménez Abad se nos recuerda de nuevo la voluntad de transformar Zaragoza de tal forma que el Ebro se incorpore como auténtico eje vertebrador de Zaragoza. Volvemos a ver a lo lejos las primeras obras del Azud, que ?remansa las aguas del río lo que permitirá disponer de una lámina de agua permanente y la práctica de deportes y actividades de ocio en el Ebro?. Quizás podían comentar su elevadísimo coste, la agresividad con el medio, su nula necesidad ciudadana o la insostenibilidad de su mantenimiento. Un olvido lo tiene cualquiera.

Cruzamos Echegaray y Caballero y, justo cuando creemos que el embotellamiento circulatorio se nos va a comer para siempre, llegamos a la Plaza del Pilar, donde finaliza nuestro ameno viaje.

Efectivamente, esta ?Zaragoza en transformación? es ideal para la celebración de congresos empresariales, ferias comerciales y lanzamiento de nuevos productos. Tal vez los que vivimos cada día en ella (y no solo venimos de paso unos días) no estemos tan cómodos en esta ciudad en expansión: más contaminación, peores accesos, menos zonas de uso público, comercialización del ocio, deshumanización de la urbe, en definitiva.

Acabo con un extracto del ?ragamuffin? que se cantó como complemento al ?Polvo, Asfalto y Hormigón? en la 1ª Edición del Festival Expovisión.

¿Y la Escuela de Artes? ¿Dónde estará?
¿Y el Ballet de Zaragoza? ¿Dónde estará?
¿Y el Rincón de Goya? ¿Dónde estará?
¿Y el meandro de Ranillas? ¿Dónde estará?
¿Y los árboles de Violante de Hungría? ¿Dónde estarán?
¿Y el fabuloso tranvía? ¿Dónde estará?
¿Y la red de carriles bici? ¿Dónde estará?

La huerta zaragozana muy pronto resurgirá

Fin de la crónica.

Más información en la pagina web no oficial sobre la expo 2008:
http://www.zaragozaexpo2008.info/